SEXPO ERÓTICA
SEXPO ERÓTICA
Cuando los
arqueólogos del futuro desentierren estas grandes estructuras de
cemento al Sur del Continente (sumergido a causa de la Tercera Guerra Nuclear)
y
descubran los grandes murales digitales con los desnudos
y en el polvo los antiguos utensilios:
vibradores,
consoladores bicéfalos,
ropa interior comestible y
restos de manjares afrodisíacos;
y desnuden
también los largos caños menhires
junto al corazón rojo del viejo burlesque, donde los guerreros se
vanagloriaban de sus espadas, drogados, descomunales
entre el ruido de los spankers
y los latigazos de la gente de las ataduras, las amarras, las máscaras y la
sumisión, aullidos de la comunidad pansexual…
Cuando los
antropólogos del futuro imaginen el amphitheatrum, donde disputaban
a muerte los gurúes de la seducción y el tantra, e imaginen asimismo
el Escenario Principal del Teatro del Mundo, donde artistas y rapsodas representaban la
eterna batalla del hombre y de la mujer contra la rutina diaria, oh,
entonces, los etnólogos, antropólogos y arqueólogos del futuro dirán:
esta proto-cultura primitiva celebraba el deseo
y el erotismo y realizaba una gran fiesta sagrada
aquí,
donde gozaba
y además aprendía de los chamanes y las sacerdotisas el misterio
y los dilemas del multiorgasmo… y llegarán a la conclusión
de que este pueblo, embrutecido y salvaje a causa de sus faraones y virreyes,
-que
escuchaba una música tan tristemente popular y trabajaba para
subsistir
en el centro de un país volcánico- era una civilización muy sabia
y feliz sin embargo
porque bailaba una vez al año
al latido de una marcha pecaminosa
bajo las inscripciones jeroglíficas:
S
E
X
P
O
E
R
Ó
T
I
C
A
como bajo
monumentales estandartes
en una orgía ya sepultada bajo las ruinas del amor.
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