NI UNA MENOS (NI UNA MÁS)
NI UNA MENOS (NI UNA MÁS)
¡Cuántas pelotudeces que leí hoy -más allá del género- y cuántos personajes
nefastos vi tratando de sacar provecho!
Conozco gente
que trabaja todos los días desde hace muchos años para que las relaciones
interpersonales mejoren y curiosamente no se han destacado en las redes
sociales.
Por ejemplo,
mi amiga Vero Figueroa, psicóloga y sexóloga, con quien ofrecimos talleres
de habilidades sociales y seducción para hombres en Tucumán.
Ella trabaja
en la Secretaría de la Mujer asistiendo a centenares de mujeres golpeadas,
tratando de rehabilitar a violadores y acosadores, y dando cursos a los
benditos polis, entre otras cosas bastante duras.
Hoy cualquier
salame que se avergüenza de hacer la ensalada en los asados se saca una foto
con un cartelito que dice: hashtag-ni-una-menos.
Estaría bueno
que más allá de condenar el crimen de mujeres - causa temática un tanto obvia- y de los comentarios agresivos y
linchatorios, se propusieran espacios para hablar seria y honestamente del
asunto (que, como todos sabemos, es un tema tabú) durante el transcurso del
año.
Y no me refiero solo al femicidio, sino también a todo ese universo de
cuestiones que tiene que ver con las relaciones entre hombres y mujeres.
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