EL MAR
EL MAR
Esa mujer tenía
una Isla
y regresaba
a sus playas
todas las
mañanas,
no podía
hacerlo
sino cuando
dormía
o soñaba,
porque se alejaba
de sí misma
(de su Otro Yo
que
habitaba en Las Sierras
o en la Ciudad de sus Alrededores.)
Entonces,
entre su mujer despierta
y su niña
isleña soñadora
una danza
bailaban
misteriosa
(como sus ojos)
y profunda
(como su sonrisa.)
/A María José Gandulfo/
Comentarios
Publicar un comentario