TRESCIENTOS MILLONES. LA RENUNCIA DE LO PÉRFIDO
TRESCIENTOS MILLONES. LA RENUNCIA DE LO PÉRFIDO…
¡ES UNA
GRAN BUENA NOTICIA!
Incluso si no te
interesa la política.
Incluso si sos macrista.
Incluso si odias a CFK.
Incluso si no sos
argentino, ni sudamericano, ni latinoamericano.
Que haya tenido que
renunciar un funcionario del círculo cercano al flamante Presidente de la Nación
por el repudio de la comunidad a la que dice representar es una gran buena
noticia para la sociedad civil.
Porque recuerda y deja
en claro que, aunque cueste creerlo, el poder está en la comunidad, y en su expresión, que hoy equivale a decir: en “la opinión pública” (esa manufactura de los Medios de
Comunicación de los capitales concentrados.)
El Ministro de Cultura
de la Ciudad de Buenos Aires, que contaba con el apoyo y el respaldo del anillo
más cercano del Presidente de la Nación y del Jefe de Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, no tuvo más opción que renunciar ante la demanda firme y decidida
de la comunidad artística de la ciudad (y del país) que no se sentía representada
ni identificada en lo más mínimo.
Más allá de los chismes
y justificaciones, la comunidad de teatro independiente fue la verdadera responsable
de esta victoria contra el despotismo burro. Fíjense que una comunidad artística
tan marginal como la guerrera comunidad de actores independientes logró algo
colosal, tan similar a la historia de David y Goliat.
Eso significa que si la
sociedad no se siente identificada con sus representantes políticos, o si estos
no cumplen con lo que deben hacer, y si -sobre todo- la sociedad y la comunidad
TOMA LA FIRME DECISIÓN DE QUE RENUNCIEN,
éstos no tienen otra opción que huir como ratas, pese a todo su poder represivo
y propagandístico.
La comunidad artística
de Buenos Aires no se sentía identificada con este ministro, y eso fue suficiente.
(De hecho, la biografía de este personaje es muy mediocre y lamentable desde el
punto de vista ético, artístico y cultural. En este sentido es un fiel
representante de la alianza coyuntural Cambiemos.)
Más allá de que el
detonante fue la declaración retrógrada y fascista sobre los desaparecidos de
la más reciente dictadura militar argentina (el famoso punto de vista
negacionista, vale decir cómplice, que niega el número de las víctimas contra
toda evidencia), y luego las declaraciones agresivas y soberbias, típicas de la
clase política argentina (como por ejemplo: “los artistas no tienen que opinar
de política” o “yo les regalé las entradas al Teatro Colon” y otras de muy buen
gusto por el estilo), aquí lo importante es una gran lección a toda nuestra
sociedad y a todas las sociedades del mundo:
EL PODER DEPENDE DE LA
COMUNIDAD.
Gracias por hacernos lo
recordar, amigos teatreros. Si una comunidad no se siente representada por
quienes ejercen el poder y dicen ser sus representantes, la comunidad -por más
marginal que sea- SI TOMA LA FIRME DECISIÓN de expulsar al tirano, al tirano no
le va a quedar otra opción que RENUNCIAR DE HECHO o TOMAR LAS MEDIDAS CORRECTAS
que beneficien a la comunidad en su conjunto.
Brindo por el Teatro Independiente,
gremio apasionado y luchador si los hay. (Los he visto en pueblos y en ciudades
sobrevivir a todas las heladas.)
Hace poco la Administración
Macri provocó, con sus tarifazos, y sus medidas anti-populares de
enriquecimiento ilícito, el cierre del Teatro del Pueblo, cuna del Teatro Independiente
argentino, donde estrenara sus obras el gran Roberto Arlt.
Hoy, solo unas semanas
después, el Teatro Independiente hace temblar a todo el Sistema.
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