BRASIL, BRASIL, LARAILALAILALAILALALÁ!

REPRESIÓN EN BRASIL
Esto es lo que no te muestra Clarín y todas sus repetidoras (como La Voz del Interior o La Gaceta de Tucumán) ni todos sus periodistas "indirectos" (como Tinelli, Fantino o Del Moro) ni mucho menos sus propagandistas a sueldo como Lanata, Majul y tantos otros.
Los grandes grupos económicos se llevan puesta la democracia (y las elecciones) para llevar adelante sus políticas de concentración de la riqueza, la gente sale a protestar y es salvajemente reprimida. Pero los grandes Medios de Comunicación invisibilizan las protestas a lo largo y ancho de todo Brasil (y del mundo entero.) La gente está distraída viendo a Tinelli y a Jorge Rial y al seleccionado nazional de fútbol. Y además todos estan preocupados en hacer dinero y salvarse, sobrevivir. No importa lo que le pase al de al lado, y mucho menos lo que ocurre en otro lugar. Pero la clase alta tiene plena conciencia de clase y es internacional, tan internacional como el sistema financiero. Macri apoya el "golpe de estado institucional", esa triquiñuela técnica para gambetear el resultado de las últimas elecciones. Mientras tanto, en ambos países se profundizan las medidas de concentración de la riqueza, las cuales arrasan con los sectores más vulnerables de la sociedad: estudiantes, trabajadores, jubilados, pobres e indigentes, desempleados y desocupados, trabajadores precarizados, microempresas y hasta comercios y pymes.
Sigue la sempiterna tradición moderna - y latinoamericana-de dejar a la población y a la "opinión pública" al márgen de la toma de las grandes decisiones políticas. Pero las medidas políticas impactan muy profundamente en la vida de la gente.
Mientras mayor es el analfabetismo político, mientras no haya capacidad crítica; en suma: mientras mas ignorante es el pueblo, los Medios de Comunicación- cuyos propietarios, anunciantes y agencias de noticias son corporaciones multinacionales y grupos de capital concentrado- más facilmente lavan cerebros y fabrican el consenso necesario para que la elite política y económica tome las decisiones antipopulares que ya ha determinado de antemano. Fomentando el odio, el consumo, la competencia, el miedo, la inseguridad y tantos otros sentimientos y emociones que solo sirven a los poderosos.