LUNA DE LAS AUTOPISTAS

LUNA DE LAS AUTOPISTAS
                                                                       
¡Oh Luna de las autopistas, miénteme!
Dime que detrás de tu disco de plata,
intenso como un sol nocturnal,

se halla una mujer morena, exótica
como mis amores imposibles,
mirando -sintiendo más bien-

tus pulsaciones musicales,
profundas como el mar.

(Oh Luna de las autopsias, llévame lejos
de este presidio, de esta mazmorra decimonónica,
donde la lluvia es una reja y el aire es un veneno…)

Miénteme, oh Luna, dime que mi soledad es compartida,
que mi compañera me aguarda detrás de una poesía.

Oh luna, mientras la Naturaleza ambigua
no me dice nada que no sea luz y sombras,
tú me consuelas con tu círculo de sangre,
intenso como un crimen.

Oh diosa macabra y bella que adoran los niños, sálvame
de la jornada venidera:

Soy un poeta discapacitado
y tú eres mi musa enferma.

¡Oh Selene, llévame lejos de mí mismo!
Soy un pastor sin rumbo
que quedó atrapado en su melancolía.

Oh Luna viajera, amada y eterna como un arquetipo,
-¡oleaje y resplandor, sagrada y final como un arcángel!-
eres Narradora de historias...



                                /A Maíra Do Mundo, porque una mujer bella siempre inspira un poema./