Habladurías

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El Coronel ya tiene quién le escriba

Es una pena que un profesor de la Universidad Pública tan respetado en su oficio de poeta y traductor tenga opiniones tan reaccionarias como las de nuestro querido profesor Pablo Anadón. La pura verdad es que debajo de tanta cháchara bien pensante lo que molesta y seguirá molestando de Verbitsky no es tanto su pasado sino su presente: Que investigue el patrimonio no declarado del Presidente de la Nación y de su entorno, que denuncie las violaciones a los Derechos Humanos en democracia, el reciente incremento de la violencia institucional y un largo y vasto etcétera.
Al fin y al cabo, al Poder económico le viene muy bien la existencia de los Marcos Aguinis y de los pablos anadones, que pueden haber ganado prestigio en el campo editorial pero que -como vemos- en materia política siguen "haciéndole el caldo gordo" a los sectores liberales más conservadores, los cuales como bien sabemos  si por ellos fuera ya hubieran cerrado y privatizado la Escuela de Letras Clásicas, la de Letras Modernas, las escuelas de Comunicación social, periodismo, y así sucesivamente hasta acabar definitivamente con la Educación Pública en su conjunto (y con todo vestigio del viejo Estado de Bienestar.) Para que todo sea de una buena vez de los Banks y de las Corporaciones tal como nos propone su extática Utopía. 
Todas las opiniones en democracia son válidas y respetables, pero lo que llama la atención de un académico de renombre es un artículo semejante. Dice Anadón:

“Dado que advierto que nadie dice nada sobre esta noticia, nadie se opone y, por lo tanto, aparentemente todos en los ámbitos intelectual, cultural y universitario de Córdoba la aplauden o son favorables a ella, tendré que hacer otra vez el papel de aguafiestas y contradictor de la boda, como ya lo hice en el pasado a propósito de distinciones semejantes.”

Tales palabras o son risibles o son cínicas dado que todo el mundo sabe que salvando una porción de la FFYH y aledaños casi todo el espectro político y el resto de los ámbitos culturales y  universitarios de Córdoba ni aplauden ni son favorables a estas distinciones. Una distorsión de la realidad importante.
 También dice Anadón:

“No pongo aquí en examen ni entredicho la tarea periodística de Verbitsky, sobre la cual hay numerosos pareceres encontrados y cada cual podrá tener su propio juicio valorativo.
Pero sí es necesario recordar, dado que lo que se premia es el “compromiso social y político” –así reza la motivación del premio–, que entre otros méritos de tal compromiso demostrado por Verbitsky está el haber integrado la agrupación terrorista Montoneros (…)

Otro absurdo, porque si Anadón no se anima a cuestionar la tarea periodística de Verbitsky qué va a cuestionar. Haber integrado Montoneros o cualquier otra agrupación política no invalida tener compromiso social y político, eso es una obviedad. Descalificar a alguien de un plumazo solo por haber integrado una agrupación política no merece la menor consideración. El análisis serio de toda la historia de Montoneros -y la participación de Verbitsky allí- es otro asunto en el que, curiosamente, ni Anadón ni los críticos más acérrimos de Verbitsky se aventuran a considerar seriamente.
  (La "biografía inesperada" de Gabriel Levinas no constituye en sí misma ningún fundamento de nada, sino que a propósito de columnas de opinión cabría considerarla una extensa calumnia o, con la mejor buena fe, un chismorreo. Anadón dice que Verbitsky no ha refutado las acusaciones de Levinas, lo cual no es cierto porque lo ha hecho en repetidas oportunidades en televisión y por escrito tal como puede consultarse en la web.) 
Parece que en esta época todos se están olvidando de un principio tan elemental como es el principio de presunción de inocencia. El recurso a la difamación para ganar una discusión que no se puede ganar con argumentos es una triquiñuela tan vieja como efectiva. Continúa Anadón:

“Pero, aun sin atender a estas últimas denuncias, puesto que las pruebas presentadas no siguieron una instancia judicial –aunque su gravedad debería inducir al menos a la duda–, ya el solo hecho, reconocido, de haber sido integrante de una organización antidemocrática como Montoneros debería bastar para desistir de conferirle un premio justamente de esta naturaleza.”

Bueno, es fácil disentir. 
Si los agravios no prueban nada (y en este punto estamos todos de acuerdo), solo una acusación -sin pruebas ni instancia judicial- no alcanza para invalidar un reconocimiento público. Con ese criterio bastaría una injuria para sabotear cualquier premiación. Pero afirmar que "solo por haber sido integrante de una organización antidemocrática como Montoneros debería bastar para desistir de conferirle un premio de esta naturaleza" también no deja de ser una pronunciación sospechosa.
Como si las salvajes dictaduras -como la que derrocó a Illía en el 66- cuya opresión dio origen al movimiento de resistencia Montoneros, entre tantos otros, hubieran sido de carácter "democrático". Como si el Plan Cóndor hubiera sido una "organización democrática". 
En fin, la frase de Anadón parece una afirmación típica de adoctrinamiento propia de la propaganda oficial, basada en un estereotipo eficaz repetido hasta el cansancio como un loop por el conglomerado de medios y telecomunicaciones que oficia de Extensión de facto del Ministerio de Incomunicación. 
Todo lo que se desvíe del Discurso Único del Gobierno Nacional será considerado terrorista, mapuche, apátrida, comunista, musulmán, yihadista, antisemita, narcotraficante, peronista, kirchnerista, montonero y la lista puede enriquecer las páginas de la literatura gótica y fantástica en la medida que la imaginación militar lo permita.
Lo cierto es que Horacio Verbitsky goza de un prestigio y de una influencia extraordinaria en el campo periodístico y en el campo del activismo de Derechos Humanos, tanto como en el campo social y cultural, por no decir que se trata de una leyenda - y de un mito viviente- del periodismo latinoamericano; algo que sus detractores no alcanzan siquiera a promediar.  
Podríamos agregar algunos pequeños detalles más, tales como que hasta ahora los detractores más espectaculares de Verbitsky son -por decirlo de un modo amable- literalmente impresentables. Como Ceferino Reato o el Tata Yofre, que además de poseer intereses sospechosos y de ser muy cuestionables desde el punto de vista ético son pésimos escritores oportunistas. Cuando no los mueve la política los mueve la envidia profesional. Así de simple. (Otro personaje curioso sería Tomás Abraham, cuyas diatribas solo se diferencian de todos los editorialistas del macrismo - como Alfredo Leuco, Majul, Fantino y todos los empleados de los conglomerados corporativos líderes del mercado privado de Medios, es decir de Grupo Clarín, Grupo América/Vila-Manzano y otros- en que no se atreven a declararse abiertamente macristas aunque ya todos nos dimos cuenta de su abierto y grosero proselitismo.)
Sería muy triste agregar a esta olvidable lista de nostálgicos de la dictadura y de la "teoría de los dos demonios" a un poeta de linaje como Pablo Anadón, para repetir los ya consabidos lugares comunes del rebaño: "Verbitsky montonero", "doble agente" y otra serie de novelescos lugares comunes.
Luego de la siguiente frase, más propia de Cadena3 a la hora de la siesta, de tono moralista y escandalizante que no merece el más mínimo comentario: 


“Con tales referentes sociales y políticos de profesores y estudiantes universitarios, luego no nos asombremos de que la democracia siempre sea inestable, intermitente y frágil en nuestro país.”

Anadón pasa a negar la desaparición forzada de Santiago Maldonado (!¡) por parte de la fuerza que actualmente comanda otra ex militante montonera,  aunque en este caso a Anadón no le molesta en lo más mínimo su pasado montoneril y delacionista:

“Evidentemente, aunque la resolución para el otorgamiento del galardón haya sido firmada en fecha 27 de noviembre, en la Facultad de Filosofía y Humanidades todavía no se han enterado de que no hubo tal “desaparición forzada” de Santiago Maldonado, o bien siguen sin dar crédito a las pericias certificadas por 55 expertos forenses (incluido el doctor Ezequiel Amar, designado por el Cels –la institución que preside el mismo Verbitsky– para participar en dichas pericias), que descartan tal posibilidad de “desaparición forzada” y, por lo tanto, las sospechas de “encubrimiento” por parte del Estado.”

Está claro que al Gobierno Nacional y a la Gendarmería no le hacía falta este defensor tan voluntarioso. O tal vez sí. Quién sabe. La nota está firmada como docente, crítico y poeta. El texto tiene de todo menos de “crítico”, eso está claro.



Fuente:
*El poeta Pablo Anadón en contra de que la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC distinga a Horacio Verbitsky con el premio José Aricó.  http://www.lavoz.com.ar/opinion/distincion-verbitsky-en-cordoba-un-premio-irresponsable






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