EL CONSUELO DE LA FILOSOFÍA DRAMÁTICA o el regreso de la vanguardia.

EL CONSUELO DE LA FILOSOFÍA DRAMÁTICA

o el regreso de la vanguardia.

Se estrenó el sábado pasado en la sala La Chacarita de la ciudad de Córdoba -colmada de alumnos de teatro, artistas y amigos- La fabulosa historia del Gran Mono Blanco, la obra de Virginia Cardozo y Fernando Berreta.

Inspirada en el prólogo de Antonin Artaud a El teatro y su doble, 1938, y en la historia de "Copito de nieve" (el gorila albino del zoo de Barcelona) estos realizadores independientes han logrado una obra original, plena de belleza y verdad. 
El texto y la dramaturgia componen una mitología de lo coetáneo con unos pocos y eficaces símbolos: el zoo, el mono blanco y el carcelero son las metáforas precisas de la ciudad y el hombre, del control y la opresión, del misterio de la existencia, de la muerte y de Dios.

Un espectáculo que no excluye los párrafos más exquisitos de la literatura europea: las citas en latín de los filósofos antiguos, los pasajes de Montaigne (o la misma crítica de Artaud -tan característica de la vanguardia y que impregna toda esta obra- a una concepción del arte divorciada de la vida cotidiana y de las fuerzas vitales.) 

 Hace muchos años que estos realizadores vienen trabajando en proyectos teatrales de una fuerte apuesta literaria dibujando un canon heterodoxo de la literatura argentina (anteriormente fueron El Jorobadito y El juguete Rabioso de Roberto Arlt, Informe sobre ciegos, de Ernesto Sábato, entre otras.)
 Incluso más: Imposible no ver -y oir- en el Gran Mono Blanco una alusión a la caricatura del tardío Jorge Luis Borges o de su arquetipo: el escritor, el artista, el pensador, el intelectual, y -en última instancia- el hombre (o lo que queda de él.) 
Un mono solemne, sagrado e inútil que, a pesar de todo, posee el don de la palabra y del pensamiento, que es declaradamente anarquista y defensor de un individualismo prácticamente imposible en la era de las instituciones totalitarias. Un mono blanco -calvo y adornado significativamente con la peluca de la Ilustración- que está a punto de morir, que necesita de los más elementales cuidados y a quien se lo quiere enredar en una polémica con un animal fantástico de otra jaula.

ACTING. ARTE Y PENSAMIENTO

Ajustadísimas actuaciones de ambos.

Fernando Berreta es un frontman poderoso y con Virginia Cardozo se complementan magníficamente.  En una época de sospechosa devoción a las "nuevas tecnologías" esta obra apuesta al dramatismo que surge- como en la antigua tragedia griega- del texto y de los diálogos, y se apoya en el cuerpo de los actores, fiel al espíritu de El teatro de la Crueldad.

Como si se tratara de un nuevo Prometeo Encadenado, el actor se mantiene durante toda la obra en su cubículo de un metro por  un metro durante toda la obra.

Con una puesta despojada al máximo de trucos, de efectos técnicos y de pantallas, la obra se disfruta como una buena canción, de principio a fin, dinámica,  desde el cuerpo, la voz y la lírica teatral.

UNA TRADICIÓN POST PUNK

La obra también rinde homenaje al grupo de teatro under El Escupitajo Producciones,  un grupo cordobés de mediados de los años 80 que -como su nombre lo indica- estuvo muy influido por el espíritu punk y la atmosfera postpunk, y de donde provienen artistas locales como Daniel Cacharelli y los mismos Virginia Cardozo y Fernando Berreta, entre otros; por eso la obra mantiene y continúa ese tono contracultural también. 

La obra, pese a ser profunda y dramática, no carece de sentido del humor,  está salpicada de comedia, de alusiones  y de salvaje ironía.

No dejen de ir a ver La fabulosa historia del Gran Mono Blanco, un verdadero acontecimiento artístico y político que apuesta a la lucidez y a la profundidad, que no subestima al público, que sabe dosificar y que pone todo el cuerpo en el escenario.

Obra: La fabulosa historia del gran mono blanco

Dirección y actuación: Virginia Cardozo y Fernando Berreta

Objetos y vestuario: Jorge Castro

Producción: La Cúpula Galería de arte

Sala: La Chacarita (Jacinto Ríos 1449), sábados de marzo y abril

y en mayo en La Cúpula galería de Arte (Humberto Primo 14, 2 piso)