FORROS

FORROS

Odio a los forros.

He conocido a muchos forros en mi vida

mi viejo me decía siempre que no había que ser forro de nadie

y siempre que aparecía alguno me decía en secreto

mirá, ése es forro de aquel

mi papá nunca fue forro de nadie

antes prefirió cagarse de hambre 

cuando las épocas se ponen duras

es muy difícil el asunto

porque escasea la moneda

entonces los que tienen capital

se hacen el dulce

porque con dos pesos tienen un séquito de forros

los forros son todos parecidos

son políticamente correctos

son falsos

dudan mucho antes de contestar

siempre andan bien vestiditos

y por lo general son administrativos

o tienen cargos en empresas de otro.

Los forros son claves

para manipular a los de abajo

o para encubrir a los dueños

(que por lo general son militares retirados

-genocidas devenidos en gerentes o en dueños de empresas-,

industriales, gente con campos, comerciantes prósperos,

y hasta organizadores de eventos como boliches, bares, etc.

Los forros son astutos, saben las reglas del juego

y hasta conocen muy bien las leyes y la psicología.

Son muy buenos actores.

Siempre caen bien parados

porque son como las garrapatas.

Y así andan por la vida

chupándole las bolas a algún poderoso

para garcar a sus compañeros.

Pero ellos no saben qué es el compañerismo.

Son tan mezquinos que acaso ni siquiera sepan

qué es el amor verdadero.

Por eso, casi siempre están solos; aunque tengan dinero y manejen recursos.

Tarde o temprano los descubren.

Por lo general, no tienen pareja (y si la tienen la estafan.)

No tienen amigos porque no conocen la amistad,

solo conocen el beneficio y la especulación para conseguir beneficios.

Otra cosa que me dijo mi viejo era que nunca me vendiera.

(Otra cosa que se estila mucho en este país es venderse.)

El me dijo que no sea nunca testaferro de nadie,

que no me vendiera, y menos por dos monedas

(porque encima, aunque resulte difícil de creer,

parece que no solo hay mucha gente que se vende

sino que además se vende barato 
cuando directamente no se regala.)

El me abrió los ojos cuando yo era chico

una vez que me quisieron sobornar.

Pero sobre todo me abrió los ojos con su ejemplo.

Y eso que yo lo he visto cagado a mi viejo,

pero nunca fue forro de nadie.

Todas estas cosas me sirvieron de mucho en la vida.

El decía algo así como:

Si no perdimos el invicto hasta ahora...

¡no lo vamos a entregar a esta altura del partido!

(El lo decía todo con humor, aunque era un tema serio.)

                                                                                                                                 /A mi viejo "el gaucho" Marco/