Crónica de una medida de fuerza anunciada Estaban todos, menos tú Mientras el Gobierno de Córdoba pudo negociar paritarias con la mayoría de los gremios de empleados públicos, las bases docentes no le permitieron a Juan Montserrat cerrar otra paritaria a la baja (diseñada por él mismo, tal como acusó el mismo gobierno hace un par de semanas: “Entre los gremios estatales admiten que Monserrat participó activamente en la construcción de la última oferta, que la Provincia hizo suya, pero luego la asamblea docente la rechazó por amplia mayoría”, expresa el diario La Voz del Interior.) Además de un largo listado de reclamos históricos, que incluyen jubilación, salud e infraestructura entre otros ítems, las escuelas exigen una auténtica recomposición salarial, cuyo espectro va desde un piso de 80% a partir de julio (docentes autoconvocados) o un 60 % (Lista 2 Unidad desde las escuelas), frente al 20 % que propusieron el Gobierno y Montserrat. El rey está desnudo Por otra parte, desde los
Aunque, a veces, sí, tengo ganas de verte, -y a veces son ardientes ganas- no te asustes, no tengo ganas de verte siempre. No te asustes, no creas que no me importás. Me importás (y, tal vez, más/ de lo que vos pensás; o de un modo/ ligeramente diferente/ a lo que vos pensás...) ¿Tal vez/ me pensás?, me digo. No te asustes si no me olvido de vos. O si me olvido de vos, no te asustes. Puedo olvidarte y no poder olvidarte al mismo tiempo. No te asustes de mi desamor, no te preocupes por mi amor constante más allá de la muerte. -Ambos son irrecuperables. - No huyas de mí porque no hace falta. -Yo también puedo huir de mí. - A veces, no puedo huir de vos. De tu memoria.
Yo solo quiero pegarme un tiro sin mayúsculas. Con aroma de pampa y de sierras: yo solo quiero pegarme un tiro como un joven poeta. Yo quiero esparcir mi ceniza por el Plata, yo solo quiero pegarme un tiro pero no como un rockero, de noche, sino como un bardo, al amanecer. Yo solo quiero pegarme un tiro bajo los árboles. Solo dejar libros y no dejar hijos al viento… ¡Yo solo quiero pegarme un tiro en la sien de mis desgracias, en el recodo de mis zapatos! Yo solo quiero una daga, un apagar la luz del universo por un instante. Reconocer mi fracaso fundamental. Olvidarme de mí, dudar de nuestro amor… Dudar de todo, apagarme como una llama, como un incendio de vida, afirmar el malentendido de toda esta historia. .-Los niños y las niñas nos reemplazarán efectivamente. - Déjenme practicar esta eutanasia literaria. Y que todo vuelva a empezar…
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