¡APARICIÓN CON VIDA DE SANTIAGO MALDONADO YA!




¡Aparición con vida de Santiago Maldonado YA!

Es un hecho gravísimo que se suma al largo historial de violencia institucional de nuestra breve vida en democracia.
Claro, la democracia aún con sus imperfecciones es un sistema preferible a cualquier dictadura y gobierno totalitario (donde se "suspenden" o, mejor dicho, se avasallan los derechos de las personas.)
En las democracias capitalistas realmente existentes hay que luchar contra la violencia institucional y contra los abusos de las instituciones represivas todos los días del año.
Es una mala noticia, pero no queda otra alternativa. No es una cuestión partidaria como se pretende hacernos creer.
 Toda discusión partidaria es una trampa que solo les sirve a las clases dominantes.
Todo bipartidismo -a nivel provincial o a nivel nacional, e incluso mundial- es una trampa. Porque lo que importa son las causas justas, las cuales -por otra parte- son y serán siempre las mismas... 
La concentración de la riqueza (es decir: la reproducción deliberada de la pobreza y la explotación), la destrucción del medio ambiente por parte del Estado y de las empresas, la protección de los sectores vulnerables y postergados de la sociedad: niños, ancianos, jóvenes, estudiantes, mujeres, maestros, educación pública, sistema de salud, entre otros.
En este caso, el asunto tiene una gravedad añadida por supuesto. El caso de Santiago Maldonado es una prueba más de una política de estado, que ya no podemos llamar represiva, sino abiertamente  criminal. 
Lo cual es evidente desde el primer día de asunción de Patricia Bullrich como Ministra de Seguridad. 
A propósito de crímenes de Patricia Bullrich y de la elite conservadora, tampoco deberíamos olvidar la mayor tragedia de la historia de Gendarmería Nacional.
Me refiero al episodio que dejó aproximadamente medio centenar de muertos, todos jóvenes gendarmes rasos, a mediados de diciembre de 2015, en Rosario de la Frontera, Salta.
A solo 4 días de asumir Mauricio Macri como Presidente, el gobernador radical Gerardo Morales solicita refuerzos a Gendarmería Nacional para reprimir una “posible” protesta social en Jujuy que lideraría supuestamente Milagro Sala- presa desde entonces- ante la proximidad de las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
En un claro guiño político, la flamante Ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich ordena una atolondrada partida nocturna de 150 gendarmes, que culminó en una tragedia de proporciones históricas, la cual permanece silenciada e impune hasta el día de la fecha.
Entre tantas otras barbaridades que se replican a lo largo y a lo ancho de todo el país, a causa de  la criminalización de la protesta social, que se agudiza día a día a causa de las políticas de austeridad y despidos masivos.

La discusión y las comparaciones sobre las responsabilidades del macrismo y del kirchnerismo, entre el caso de Julio López y de Santiago Maldonado, de si los mapuches son chilenos o argentinos, y otros planteos similares del tipo A o B… son una trampa retórica, un callejón sin salida inventado por los asesores políticos del Gobierno para distraer del asunto principal. (Dado que ellos, los medios hegemónicos y la elite, imponen el marco ideológico de la discusión, para distraer de la cuestión de fondo.)
En realidad, la desaparición de Julio López por parte de grupos parapoliciales y la desaparición de Santiago Maldonado por parte de las instituciones represivas del Estado fue llevada a cabo por la misma gente: la gente que defiende a capa y espada los intereses y los valores de los genocidas de la última dictadura cívico-militar argentina. 
La cual, como todos sabemos, se implantó a sangre y fuego en toda la región para imponer un modelo económico colonial y neoliberal, y -que lamentablemente- cuenta con una minoría todavía numerosa de nostálgicos.
Entonces, no perdamos la esperanza de hallar todavía a Santiago Maldonado, y a Julio López, y a los miles de hijos y nietos “desaparecidos”, y a todas las víctimas de la violencia institucional, pero sobre todo hay que luchar, y ponerle un límite al poder para que no siga violando los derechos humanos sistemáticamente.
Como hemos visto y comprobado en este año y medio, si la Opinión Pública no reacciona el Gobierno Nacional de Mauricio Macri y sus aliados van a naturalizar el crimen y van a multiplicar las medidas de concentración de la riqueza, lo cual implica arrasar con los derechos de la mayoría de la gente.
No es una cuestión de partidos políticos, es una cuestión de ética personal.
Por Santiago Maldonado,
y por todos los casos de gatillo fácil
y por todos los mapuches asesinados
y por todos los niños desnutridos
y la lista continúa… (Usted puede añadir aquí lo propio.)

Se trata simplemente de ponerse del lado de los justos: de las víctimas, y no de los poderosos y de los asesinos.

Claro, que a veces no es tan fácil para la gente común.
Porque el trabajo de adoctrinamiento de los Medios de Comunicación es increíblemente efectivo. De hecho, tal es precisamente su rol:
Imponer una visión apropiada del mundo y de la realidad, mediante el estereotipo y el lugar común.
Cualquier disidencia será duramente castigada. Con bullyng, con falta de beneficios y premios, y otras formas civilizadas de la censura.
Ellos tienen los Medios de Comunicación y encima son los proveedores de servicios de información, como internet. Ante tal situación, con más razón que nunca, hay que educar para el pensamiento propio y para la libertad.
Pero, volviendo al punto, si el Gobierno de Mauricio Macri, aún teniendo el monopolio del poder económico y de la violencia institucional, debe recurrir al crimen, quiere decir que a la élite le está costando muchísimo disciplinar a la gente.
Queremos ver rodar las cabezas de todos esos funcionarios. Ellos son los responsables de esta atroz desaparición.

¡Aparición con vida de Santiago Maldonado YA!


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